Archivado en | Artes

Sancho Gracia, irrepetible

Publicado el 09 agosto 2012 por manuguerrero

Solo pasé un par de horas con él, justo antes de una grabación de tv. Él bebía whisky con dos hielos. Ballantines, no quería otro superior. Decía que era para calentar. Estuvimos hablando de su hijo (¡la gente me para por la calle para preguntarme que si soy el padre de ese actor que sale en la televisión! -decía orgulloso), de la belleza, de los bares, de sus jornadas de grabación en Córdoba con Curro Jiménez, de algunos programas de televisión (me confesó que le habían llamado de Más allá de la vida y que pensaba ir, aunque, por supuesto, no creía un pelo a los que dicen hablar con los muertos). Y de un proyecto que tenía entre manos: quería hacer una gira de teatros, acompañado de un par de músicos, y recitando los versos más bellos en lengua castellana. Es fácil imaginar el privilegio que sentí al escuchar, con su voz y prácticamente a solas, algunos poemas de Quevedo y Rubén Darío. Nos preguntaba: ¿A que suena bien? ¿No sería interesante? Aquello sonaba muy prometedor. Y así fue. Poco después puso en escena Versos bandoleros… y canciones escondidas con la dirección de Miguel Narros. Un hombre, un fondo negro, un buen puñado de versos y como resultado… Un espectáculo único. Pocos artistas dan ese nivel.

Y es que la de Sancho era una de esas voces inconfundibles, como las de Paco Rabal o Pepe Sacristán, tan necesarias en el arte de la seducción.

Estaba ya malito aunque quién lo hubiera dicho. No paraba de reír y derrochaba amabilidad con todo el mundo. Era pura felicidad. Y, ¿saben? una de las cosas que más me llamó la atención fue su carácter llano, su apego al barrio y a la gente común. No despreciaba el gusto popular. Aquella noche fue para mí una lección magistral de vida. Uno de esos momentos en los que uno se siente orgulloso de dedicarse a esto.

En fin, que hoy se ha ido un grande. Un actor irrepetible de los que ahora hubiéramos necesitado para aliviar el alma en estos tiempos de oscuridad e incertidumbre.

Artículos relacionados

2 Comentarios en esta entrada

  1. Álvaro Romero Says:

    Querido Manuel,
    también a mí me hubiera gustado charlar con Sancho Gracia y haber apreciado ese regusto y agradecimiento que destilaba por lo popular. De la serie que lo lanzó a la fama, Curro Jiménez, dirigida por grandes como Mario Camus, me llama la atención que tantos años después de alucinar yo de chico en mi casa siga estando de moda, que la ponga ahora La 2 y que mucha gente se haga fan del bandolero, del Algorrobo (espléndido y gordo Álvaro de Luna) y de El Estudiante. El otro día me enteré que el hijo de unos amigos, un chavalito de 10 años, era fan a tope. Y cada vez oigo más sintonías de esas del móvil con la característica melodía. Tal vez también el alcalde de Marinaleda sea fan, pero un fan que no da la talla. Qué diría Sancho Gracia de estos asaltos al Mercadona?

    Un abrazo!

  2. Manu Guerrero Says:

    Es cierto que «Curro Jiménez» sigue teniendo el tirón de las grandes series, como corresponde, porque se hizo, en efecto, por grandes artistas delante y detrás de las cámaras (qué poco se reivindica, en efecto, la buena televisión, y lo fácilmente que se le maltrata).

    Sobre la comparativa… Creo que lo de Sánchez Gordillo no hay que verlo como un acto heroico, sino como una «performance». Ideal para estos tiempos de espectáculo.

    ¡Un abrazo!

Responder

Social Widgets powered by AB-WebLog.com.