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PQHD ‘La Ruta del Bakalao’, la guía definitiva para entenderlo todo

Publicado el 28 enero 2023 por manuguerrero

La Ruta del Bakalao fue el estandarte de la noche española durante una década. Para bien y para mal. En el imaginario popular permanece como una época oscura en la que varias discotecas valencianas se turnaban para abrir sin descanso durante 4 días seguidos, los DJ pinchaban música electrónica y hordas juveniles procedentes de toda España se colocaban con drogas de diseño para bailar sin descanso, perdiendo la vida en la carretera en numerosas ocasiones. Hasta ahí, la historia oficial.

Pero la realidad es mucho más compleja, no consta solo de su leyenda negra. La Ruta fue un movimiento cultural transgresor y de vanguardia que trajo a España las últimas novedades musicales del rock electrónico, promovió la profesionalización de los deejays y modificó la forma de entender la fiesta en nuestro país. Su defunción vino a mediados de los 90, curiosamente, por una sobredosis de éxito.

Pero ¿qué fue exactamente la Ruta del Bakalao? ¿qué veían en ella los europeos que venían a Valencia exclusivamente para bailar? ¿Cómo logró modificar los hábitos de ocio de varias generaciones de españoles? ¿Fue tan peligrosa como dice la versión oficial? ¿Qué motivos determinaron su final? 

Esta serie documental de Happy Ending TV para ATRESplayer PREMIUM, en la que trabajo de guionista, repasa, a lo largo de tres capítulos de media hora de duración cada uno, la historia de un movimiento cultural sin precedentes en nuestro país: la movida valenciana, un fenómeno sociológico que a pesar de nacer en la periferia de la península logró cambiar los hábitos del ocio de varias generaciones de españoles. Y es que Valencia logró ser, en la transición de los 80 a los 90, el epicentro español de la diversión. 

A través de abundante material inédito y de más de 30 entrevistas a sus protagonistas, descubriremos las claves que hicieron posible este fenómeno cultural y social y trataremos de entender las razones de su malogrado final. Y es que por primera vez en la historia se ha reunido en una misma producción audiovisual a todos los que fueron decisivos en el desarrollo de la movida valenciana y la posterior Ruta del Bakalao. 

Joan Lerma, el primer presidente de la Generalitat valenciana, habla por primera vez sobre los inicios y las causas de la movida valenciana. Diseñadores como Francis Montesinos o Valentín Herráiz nos hablarán de la importancia de la moda en la movida valenciana y la explosión de creatividad que había en la noche. Otro elemento significativo de la ruta fue el nacimiento de discotecas y los DJ que le dieron fama: Carlos Simón de Barraca, Tony ‘El Gitano’ de Chocolate y Fran Lenaers de Spook Factory.  Mención aparte merece Chimo Bayo, quien con la canción ‘Así me gusta mí’ llegó a ser número 1 en países tan dispares como Israel y Japón. El actual director de la DGT, Pere Navarro, explicará qué pasaba exactamente en las carreteras valencianas y si había allí un mayor índice de siniestralidad que en el resto del país. 

Para completar este relato de la Ruta del Bakalao contamos con artistas de la época como José Manuel Casañ de Seguridad Social, Sole Giménez de Presuntos Implicados o Carlos Segarra de Los Rebeldes, periodistas y presentadores como Nuria Roca, Cristina Tárrega, Carmen Alcayde, Valeria Vegas o Paco Lobatón, así como personalidades de la política y el derecho, como Cristina Almeida o Toni Cantó, además de deejays de la ruta como Kike Jaén, Paco Pil, Charo Campillos o José Conca, entre otros muchos.

CAPÍTULO 1: VALENCIA, EMPIEZA LA FIESTA

Los 80 fueron años de libertad gracias a la recién estrenada democracia. Una nueva realidad que se vivía con especial intensidad en la costa valenciana, ya que los vientos del cambio venían acompañados de una privilegiada ubicación geográfica, un incesante intercambio comercial y con una masiva llegada de turistas europeos. Un cóctel que posibilitó una explosiva etapa de creatividad: “Al llegar a Valencia, me sorprendió que había mucha gente haciendo diseño, ilustración, moda…”, nos cuenta Sole Giménez, la por entonces cantante de Presuntos Implicados, recién llegada a la ciudad del Turia, donde su grupo vivió la mayor parte de su gloria.

Para entender mejor qué ocurría en Valencia a principios de los 80, Iñaki López conversará con Joan Lerma, que fue presidente de la Generalitat entre 1982 y 1995, es decir, que bajo su mandato nació, se desarrolló y murió La Ruta del Bakalao. Él nos explicará cómo era la costa valenciana en esa época y qué hizo posible la eclosión de la movida valenciana: “Era una Valencia con unas ganas tremendas de disfrutar de la libertad, sobre todo a través de algo que está muy metido en los genes de los valencianos, la música. Además, Valencia siempre ha estado muy vinculada con el exterior, tanto a través de la exportación como de la importación. Eso es lo que hizo posible que a Valencia llegaran, antes que a ningún sitio, las nuevas músicas que se hacían en Europa”.

Esos nuevos sonidos que venían, sobre todo, de Reino Unido y Centroeuropa sonaron en primer lugar en Barraca, una discoteca ubicada en el término municipal de Sueca, a pocos metros de la playa. El encargado de pincharlos era su DJ residente, Carlos Simó, un hombre clave para entender todo lo que ocurrió en la comunidad valenciana durante la década de los 80. “A mí me gustaba descubrirle música a la gente, por eso pinchaba fundamentalmente novedades. Cuando veía que una canción triunfaba en las radiofórmulas, cogía el disco y lo rompía en directo delante del público, que a veces me insultaba”. Sobre él, la periodista Cristina Tárrega, una habitual de la noche valenciana, resalta que fue “un precursor porque iba cebando la música que iba a pinchar, y al final conseguía que las sesiones fuesen como un baile de ángeles”.

Pero Barraca fue mucho más que una discoteca con música moderna. Allí se sucedieron inolvidables noches con espectáculos vanguardistas: “Yo tardé muchos años en ver en un teatro los espectáculos que vi en Barraca”, nos recuerda Vicente Pizcueta, exgerente de la discoteca y director de comunicación de ‘España de noche’, la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos. Unos espectáculos que a veces se desarrollaban en la sala principal y, otras, en la piscina, donde los clientes de la discoteca también se podían bañar.  Pueden dar fe de aquellas inolvidables noches los valencianos Toni Cantó y Nuria Roca, que nos contarán cómo vivieron ellos, en primera persona, esa explosión de alegría, vanguardia y transgresión.

Por Barraca pasaron artistas de todos los campos, como diseñadores de la talla de Francis Montesinos o Valentín Herráiz, que nos hablarán de la importancia de la moda en la movida valenciana: “Todo el mundo se arreglaba para salir. Yo he llegado a ver hasta 20 camisas de Montesinos en Barraca”, recuerda el que por entonces ya era uno de los diseñadores más importantes de la moda española, Francis Montesinos. “Yo nunca repetía el modelito cuando salía por la noche”, apostilla su compañero Valentín Herráiz.

El éxito repentino de Barraca se sumó la apertura de otras discotecas a su alrededor, como Chocolate y Spook Factory, cada una de ellas con una personalidad muy marcada, lo que hacía que los públicos de unas y otras fuesen bien distintos. En Chocolate, el DJ era Tony Vidal ‘El gitano’, uno de los más carismáticos de la zona: “Chocolate no era una discoteca, era una secta y yo era el gurú”, recuerda ahora de sus años de juventud. “Chocolate era un lugar oscuro. Había gente que no entraba porque se asomaba por la puerta y le daba miedo. En una ocasión, una clienta me tiró una botella de champán porque decía que veía en mí al mismísimo demonio”.

El tercer DJ fundamental para entender los prolegómenos de La Ruta del Bakalao es Fran Lenaers, el pinchadiscos de Spook Factory, la primera discoteca valenciana que dio vía libre, y sin disimulo, a la música electrónica. Lenaers ha pasado a la historia como el primer DJ contemporáneo, el primero que se atrevió a pinchar dos canciones a la vez: “La gente disfrutaba tanto en Spook que no bailaba, flotaba”

En ese ecosistema noctámbulo y transgresor fue donde se vieron las primeras drag queens de nuestro país. Una de ellas se llama Jesús Lena, aunque es conocida como ‘Faraona’: “Yo entré en Barraca con 15 años y ya nunca logré salir. Por la mañana trabajaba en el ayuntamiento y por las noches me transformaba y llegaba a estar todo el fin de semana en la discoteca, sin salir”. 

Además de buena música, espectáculos sorprendentes y personajes peculiares, en la noche valenciana de los 80 también hubo drogas, sobre todo, una, la mescalina, una sustancia sobre la que recaen numerosas leyendas. Dicen de ella que fue la “droga del amor”, la “del buen rollo”, la que hacía que dos desconocidos que se chocaban en la discoteca se hicieran amigos para toda la vida. Tuvo tantísimo éxito entre los valencianos, que uno de los mayores grupos de rock de nuestro país, Los Rebeldes, le dedicó una canción. Su cantante y compositor, Carlos Segarra, nos contará por qué decidió dedicarle una canción a una sustancia prohibida.

CAPÍTULO 2: ÉXTASIS

A Barraca, Chocolate y Spook Factory, los tres epicentros de la movida valenciana, se le fueron sumando otras discotecas que abrieron a lo largo de los 30 kilómetros de la carretera de El Saler. La Ruta del Bakalao se convierte en un fenómeno de masas que atrae a jóvenes de todas partes que buscan una música diferente a lo que se escuchaba en el resto del país, noches interminables y excesos. 

Fue tal el éxito de estas nuevas músicas que las discotecas se quedan sin espacio para atender tanta demanda. Es así como nace “la cultura del parking”, algo totalmente novedoso en nuestro país. Era tan exagerada la situación que resultaba difícil saber si había más gente dentro o fuera de la discoteca. En el parking de la sala NOD, por ejemplo, llegaron a congregarse más de 10.000 personas entre los naranjos, el río y la polvareda. A través de imágenes inéditas, podremos ver cómo se divertían los miles de jóvenes que en lugar de entrar a la sala preferían quedarse fuera.

Pero a este fenómeno sociológico le faltaba un himno. Llegó en 1991 de la mano de Chimo Bayo. Su canción “Así me gusta a mí” (conocida por todos como “exta-sí, exta-no”) fue el single más vendido durante muchos años, ya que despachó la friolera cifra de más de 1 millón de copias, algo completamente insólito en la música electrónica de nuestro país. Fue número 1, además de España, en países tan dispares como Japón o Israel.

Un auténtico boom internacional que, a la larga, ha devenido en el himno no oficial de la Ruta del Bakalao. Chimo Bayo nos contará la azarosa sucesión de acontecimientos que le colocaron en una cabina de DJ (algo que jamás había soñado) y cómo asimiló el éxito arrollador del que disfrutó durante toda la década de los 90. 

Pero Chimo Bayo no fue el único que llevó lejos el espíritu de la ruta. También lo hizo Paco Pil, un DJ de la noche catalana que tras descubrir lo que ocurría en Valencia, decidió llevar a la tele la música y el ambiente makineros. Y es que Paco Pil se convirtió en uno de los rostros más conocidos de nuestro país gracias a un programa que presentaba en Antena 3, ‘Leña al mono que es de goma’, por donde pasaban los DJ más punteros de la escena electrónica. “Yo le contaba al guionista las aventuras que me pasaban en la Ruta del Bakalao y luego él lo trasladaba al programa. Fue una época de mi vida divertidísima. Llegué a ser tan famoso que en una ocasión tuvieron que ponerme un helicóptero para llegar a tiempo a una actuación”.

Además de Paco Pil y Chimo Bayo, muchos otros DJ relevantes de la ruta nos contarán cómo vivieron aquellos años de eclosión musical. Es el caso de Kike Jaén, José Conca y Charo Campillos, la única mujer que logró colarse en el reducido círculo de la noche rutera: “El público al principio no se lo creía, me miraba y decía qué hace esta chica, no se creían que quien pusiera la música fuese una mujer”. Con su ejemplo, Campillos abrió paso a otras muchas mujeres que después que ella han logrado vivir de su trabajo en una cabina de música.

CAPÍTULO 3: RESACA

A principios de los 90, la fama de la Ruta del Bakalao se había desbordado. Todas las noches llegaban autocares de toda España cargados de jóvenes ávidos de vivir la mítica noche valenciana. Procedían de Cataluña, Galicia, Madrid o Andalucía. Descargaban a decenas de jóvenes con hambre de música ultramoderna, nuevas drogas y fiestas sin hora de cierre. Valencia es ya un parque temático de las discotecas. La movida valenciana, completamente masificada, es un fenómeno incontrolado. 

Los medios de comunicación se interesan por ella por un cóctel preocupante: noches interminables, drogas y accidentes de tráfico. En 1991, más de 7.000 personas pierden la vida en la carretera. Lo que había pasado desapercibido hasta entonces se convierte, de la noche a la mañana, en un asunto de Estado. Los informativos de las televisiones abren con lo que ocurre en Valencia. Por si fuera poco, el asesinato de las niñas de Alcàsser, tres chicas secuestradas y asesinadas cuando se disponían a salir de fiesta en una discoteca valenciana, hacen saltar todas las alarmas. Cunde el pánico tanto en la sociedad valenciana como en la española. Todo parece presagiar que la Ruta del Bakalao está condenada a desaparecer. ¿Justa o injustamente? Una pregunta sobre la que reflexionarán personalidades como Cristina Almeida, Paco Lobatón o María Abradelo, quienes vivieron el fenómeno de la ruta en Valencia o en los platós de televisión, donde se comentaba el minuto a minuto de lo que ocurría en la Ruta.

La presentadora Carmen Alcayde nos hará partícipe de cómo esa alarma social afectó tanto a los jóvenes que frecuentaban la ruta como, sobre todo, a sus padres, quienes, aterrados, pedían encarecidamente a sus hijos que no fuesen a ese tipo de discotecas. 

De un día para otro, las discotecas valencianas se ven rodeadas de agentes de la Guardia Civil: “Yo he llegado a ver un helicóptero aterrizando en los aparcamientos de Spook. La gente decidió no seguir viniendo porque se sentía controlada”, nos cuenta Félix Gabaldón, fundador de la mítica discoteca Spook Factory. Los agentes buscaban drogas entre los bakalaeros y evitar que cogieran el coche bajo los efectos del alcohol. Acorralada por la presión mediática y policial, la noche valenciana comienza a languidecer. A mediados de los 90, Valencia ya no es lo que era, las interminables noches de desenfreno y creatividad se han diluido en el tiempo.

España no volvió a saber nada de la Ruta del Bakalao hasta 2004, año en el que irrumpe con fuerza el Neng de Castefa, una caricatura de una tribu en vías de extinción, la de los bakalaeros. Su responsable es Edu Soto, un joven actor que de la noche a la mañana se convierte en archifamoso tanto en España como en otros países del mundo: “Si iba a Egipto, la gente me paraba para decirme ‘¿qué pasa, Neng?’ En otra ocasión, Samuel Eto’o hizo mis gestos al marcar un gol con el FC Barcelona”.

Ahora, 25 años después de su desaparición, la Ruta del Bakalao sigue siendo añorada por quienes la vivieron, que se empeñan en limpiar su denostada reputación. Organizan festivales ‘revival’, venden merchandising y procuran mantener vivo su espíritu de libertad y creatividad. Porque, aseguran, la ruta fue mucho más que una peligrosa forma de diversión.

SERIE DOCUMENTAL YA DISPONIBLE EN ATRESPLAYER PREMIUM, Y QUE PUEDES VER EN LASEXTA ESTE MIÉRCOLES 19 DE JULIO DE 2023 A PARTIR DE LAS 22.30H.

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