En la cocina, pocas cosas me fascinan más que dar salida a esos productos que se te quedan arrinconados. Es lo que llaman «cocina de aprovechamiento»: no desperdiciar los ingredientes que, por ejemplo, dejas de usar al preparar una receta. O esos otros que vas dejando de un día para otro y cuando quieres echar cuentas han cambiado de color. Pasa mucho con los plátanos. Compras un manojo de plátanos y dos o tres se te ponen maduros. ¿Qué hacer con ellos? ¡Tirarlos no! Del plátano se aprovecha hasta la cáscara.

Obviamente lo más socorrido es un batido fresquito (añadiendo chocolate, por ejemplo) o una granizada (con fresa y menta). Los combinados que llevan plátano no solo son muy nutritivos sino que además sacian, por lo que pueden valerte para una cena en la que no quieres «pringarte mucho».

También pueden valerte para una merienda distinta, que suelen agradecer los más pequeños de la casa. ¡Vamos a ponernos en marcha!

Ingredientes

-2 o 3 plátanos maduros

-Medio litro de leche

-Canela en polvo

Modo de preparación

Pelamos los plátanos y los batimos junto a la leche. El plátano maduro de por sí ya contiene azúcares, pero si lo prefieres, puedes añadir dos cucharaditas de azúcar u otro edulcorante. Cuando consigamos una masa uniforme lo introducimos en el congelador, con la precaución de remover cada media hora para evitar que se nos cristalice. Según la potencia de tu nevera, estará en su punto pasadas 3 o 4 horas.

Al servir, échale por encima un toque de canela molida. Y si lo prefieres, unos trocitos de frutos secos como nueces o almendras, que le van muy bien.

¿Has visto qué fácil? ¡Pruébalo!