¿Tiene esta publicidad en sus manos? ¿Contrató ese espectacular carruaje para una boda o cualquier otro evento social? Pues atención porque puede quedarse esperando (y, por supuesto, perder su dinero). Empiezan a conocerse numerosas parejas que contrataron ese servicio (y alguna ya lo ha denunciado ante la Policía Nacional) en la pasada edición de Cymoda (Córdoba) y, llegada la fecha de la celebración nupcial, se quedaron esperando el servicio que debía trasladarles al lugar de la ceremonia. A pesar de haber pagado la señal acordada (250 euros, la mitad del precio total), nunca más lograron contactar con Silvia García, la comercial que ofrecía el carruaje en las instalaciones de Ifeco: ni coge el teléfono ni responde a los correos electrónicos.

¿Estafa, fraude, timo? Puede ser cuestión de matices, si bien la irresponsabilidad de los gestores de «Al Paso» es flagrante: no contactan ni preavisan a la otra parte contratante para comunicar que el servicio no se va a poder llevar a cabo, ni por supuesto para devolverles el dinero, propiciando en algunos casos -como en las bodas- un irreparable perjuicio  moral. ¿La causa de esta desfachatez?  Según otros caballistas consultados, los propietarios de «Al Paso» no tienen la licencia municipal para ofrecer su servicio en Córdoba capital.