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La curva de la «felicidad»

Publicado el 14 mayo 2009 por manuguerrero

El Gobierno de Zapatero me está obligando a una cosa que no quiero, a modificar las estructuras de este blog. Casi a diario me proporciona material para una nueva categoría de “Contradicciones oficiales” y creo que me está garantizando que, aunque personalmente lo iba a pasar mal, no me iba a aburrir en absoluto. No sé por qué, pero presiento esa certificación.

Estoy convencido de que si echara el ojo a la oposición me encontraría con tres cuartos de lo mismo –o tres cuartos peor- pero precisamente por eso, porque es oposición, le concedo mucha menos relevancia.

La última joyita del Ejecutivo ha venido sobre ruedas. A las once de la mañana dice nuestro querido presidente que va a apostar por el transporte público y a las once y cuarto revela una ayuda de dos mil euros para aquellos que se compren un vehículo nuevo. Algo así como: “Cómprese un coche, pero déjelo en casa”. Eso, a mi humilde modo de ver, es una contradicción parvuloide. ¿Nos interesa que haya muchos coches en nuestro país o no? ¿Queremos que la gente se mueva en bici, en metro o en su todoterreno particular? ¿Por qué ese dinero no se invierte en nuevos –y más ecológicos- modos de circulación? ¿Nuestro país sólo es capaz de crecer a golpe de subvenciones?

Viendo el gráfico de arriba, ni así. Pero no hay que preocuparse. Esa curva abruptamente descendiente ha de llevarnos a la esperanza. Sí, por qué no. Pensemos que uno de los graves problemas sociales de este país es la inaccesibilidad de la vivienda. Desde 1996 para acá ha sido prácticamente imposible comprarse un pisito para buena parte de la población por culpa, entre otras cosas, de la dichosa ley de la oferta y la demanda. Como se vendían casas por un precio que triplicaba su valor, ¿qué vendedor iba a ser el guapo?

Pero esa curva bendita está poniendo las cosas en su lugar. El precio de la vivienda está bajando tanto que los principales promotores tienen las piernas tiritando. Tienen más de ochocientos mil pisos sin vender y siguen en caída libre. Creo que los ciudadanos, especialmente los jóvenes, deberíamos ser inteligentes y escudarnos en eso que tanto nos ha perjudicado: la oferta y la demanda. Según los datos, los precios están en los índices de 2006, un año terrible -puro apogeo-, y lo conveniente y deseable sería que bajaran a los datos de 1996, cuando empezó la verdadera locura. Por suerte, hay donde meterse de alquiler -las nuevas guaridas-, otro mercado que pasa por malos momentos y donde es fácil rebañar. Cada mes que paga un alquiler, el inquilino multiplica sus ahorros en su futura adquisición. Que nadie tenga prisa. Aunque Zapatero, en otra intentona de revitalizar la compra-venta de viviendas, haya anunciado que las hipotecas firmadas a partir de 2011 dejarán de desgravar a Hacienda, ¿alguien cree que será capaz de cumplirlo un año antes de las elecciones generales?

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